Tú eres aquel vino divino
que adormece mis sentidos
y en mis días de borrasca
apaciguas la tormenta.
Tú ya sabes cuando a veces
la pena me alcanza
solitario en algún rincón me ves
bebiendo una copa
¿Qué haría yo sin ti?... pienso
Cuando en silencio vienes
Y me abrazas por el cuello…
me quitas la bufanda y me haces sonreír.
Quitándome la copa y el cigarro
me entregas tu boca fresca
¡Amor! ¿Por qué no me bebes a mí?
Susurras…
Lo que más me duele es ver
que te alcanza mi tristeza
perlas de brillo diamantino, caen
por tus hermosas mejillas.
Dulce tentación, sólo te pido
que mis penas no te duelan
sé paciente, no borres tu sonrisa…
... sí, mejor salimos a tomarnos un café.
Delalma
Jueves, 3 de marzo de 2016