Eres la princesa de mis sueños. He recorrido el mundo de las nieves, amanezco en las cordilleras con su atuendo de majestuosidad blanca; vuelo al encuentro del paraíso eterno de la clorofila, bosques que son fieros escuderos de interminables ríos en donde emerge una pasión inquebrantable. En esos espejos de vida te sentí en cada murmullo del beso de la eternidad. Ni siquiera allí pude encontrar algo que se asemeje a tu belleza. Amarte es un bálsamo para mis entrañas; no existe rasgo de tu vida que no encante. Quiero pintar sobre tu lienzo de delicada piel, divinidad en el enjambre de tus delicias. Una verdadera diosa que sabe hacerse eterna como la luz que se asoma en el horizonte, definitivamente la más hermosa mujer en mi universo de encuentros con el crispar de tus ojos...