Latino

Porque perdí mi luna

Tiemblo desde la copa hasta la raíces

por la luna desaparecida de mi cielo;

luna radiante como nunca de energía

y sin nubes que la encubrieran.

Ella era así; y ha pasado al silencio.

Por eso tiemblo… desde el pelo hasta los pies.

 

Íbamos a bailar esa danza en que se acercan

los hilos del aliento con los roces de mejillas,

mientras llevan el ritmo los corazones

y suenan los instrumentos que nos pueblan…

Íbamos a acercarnos en la tanta necesidad

que nos prodigábamos y sentíamos.

 

Íbamos a entibiarnos las pieles del abrazo

en noches sin distancias de cálido plenilunio

y reunir dos felicidades en un solo abrigo; solitarios,

libres, apartados de la congregación de las estrellas.

 

Ella quiso saber de mis desvelos, mis rutinas,

y envió sus resplandores sumisos de luna coqueta

para entusiasmarme, -pequeño anacoreta  idiota-

pero en esa noche en que vestía elegantemente

 cuando salió a encontrarme, se quedó solitaria, casi burlada,

porque equivocado me quedé dormido en otro cielo

donde se quebraron las olas como en un terremoto

y se vinieron al suelo los planes tan ciertos.

 

Por eso tiemblo desde muy adentro…

 

Porque siento haberla herido,

porque no sé lo que siento

y porque ahora el dolor es un concierto

abierto entre las ruinas.