Confeso:
Nací ese sutil momento en que llegaste a mi vida.
La noche azul nos embrujo. Con la Luna de testigo.
Desde ese instante fui esclavo de tu aroma a rosas.
El óvalo de tu rostro me envuelve tal capullo delirante.
Cuales prismas de deseos a tu faz angelical.
La dulzura de tus labios rojos, el fervor de tus besos me desarman cada día.
Las montañas de tus senos los escaló con mis besos y nórdicos poco a poco los veneró.
El tormento de tu cintura me golpea y golpea te meneas. Y vas destrozando mi voluntad vida mía.
Has marcado con tatuajes luminosos mi ser,
Por la lluvia de pasión que nos bañó sin desdén.
Y desembocan como ríos al fluir a los mares de su amor es lo que ansió.
La línea recta de tus ojos negros la forma en que me miras.
Ese coqueteo es mi castigo.
Estoy condenado de por vida. A tu cuerpo morena mi tesoro bendecido.
Soy hombre sólo por tu amor sin merecerlo así vivo.
Grilletes son tus brazos flagelando con caricias
el amor que te mendigo.
Soy hombre sólo por tu amor sin merecerlo lo admito.
Soy culpable si soy culpable de amarte, adorarte y robar tu amor. Estoy vencido.
Sin defensa no suplicó. La amo y amaré no me rindo.
Si estoy vivo o si ya he muerto; no lo siento ni lamento.
Si ella vive nuestro amor y es conmigo.
Vida mía si me dejas. Te besare aquí y en el infinito.
Autora: Piva.
Escrito 4 de Marzo del 2016.
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