Descubriste la vida y
sus misterios.
Hechos
que no supiste entender...
¿por qué nos abandonó la voluntad?
¿por qué tuve que aparecer?
y te quedaste sembrado
a lo que se busca.
Sea como sea el objetivo
sin percibir la existencia...
que es el mejor testigo
de lo que nos asusta.
Justamente esa noche
yo también sentí tus tiranías.
Y tus percepciones
fueron amuletos
jugando a disfrazarse de gigante
y subir a la montaña de mis deseos
que ardían en tus músculos
de demonio y aún así...
Te vi sacando un pasaje
frente al espejo que nos vio
desposeídos por completo,
sedientos por sentir...
¡cómo abría el alba el vuelo
y el amor nos hizo sucumbir!
quédate sin entender...
si ya no te puedo volver a sentir.