hare mía
tu palabra
tu aliento
Tu alma
un mosaico pintado
con los colores del alba.
Mis dedos segirán el rastro
de tu piel sudada,
llena de perfume de rosas.
Tu ombligo,
nuevamente
el centro
de mis juegos perniciosos
Una hora
no será suficiente
para las 3600 palpitaciones
de deseos
que provocas.