GuillermoO

Despedida (editado)

 

Sé en qué adversidad,

en qué tiempo,

dentro de cuál misterio

se encadena tu alma.

 

Vano es pensar que te debes

a otros,

o que tus plantas no pisaron

lo que el deseo frecuenta.

 

Miro las estrellas,

la esperanzada nube tras lo rojo,

y recuerdo

un encuentro entre tus ojos y los míos:

los labios pudorosos temblando,

tu entrega a lo ignorado.

 

Ahora te vas 

en lo impalpable de la noche;

deja que la noche se deshoje,

que gire en espiral hasta que el alba grite,

y ven,

hagamos un pacto:

ni tú me conoces,

ni yo te conozco.

Por un momento hagamos silencio,

y viajemos a algún país donde las plantas canten,

y abreven licores junto a las garzas blancas.

 

Y entonces..., escucha:

no te vayas aún,

quédate conmigo.

Acuéstate conmigo,

decretaremos tres días de gracia,

volaremos sobre los árboles cada mañana,

y el vacío quedará borrado de tus ojos y de los míos.

 

G.C.
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