Acá, en el dulce hogar,
en la casa de Mamá,
estoy para recordar
la historia familiar.
Papá se marchó
y nuestro hermano,
Andrés lo antecedió,
unidos en el cielo,
titilan junto a Dios,
oraciones de amor,
bomhomía y fervor,
eterna compañía,
pues nos cuidan
de noche y de día.
Acá, la noche cede,
y la paz invade,
cuando el sueño
convierte suave,
la fe y el denuedo
en un nuevo amanecer.
Acá estoy!
Existo!
Me encomiendo
a Dios
y clamo durmiendo
por la unión
y el perdón,
cuando son
veinte para las dos.