Hoy me he vuelto encontrar
con tus ojos verdes y vivaces...
he vuelto a oír tu voz grave,
bien timbrada.
Hoy he vuelto a saber de ti...
de tu alegría, de tu música...
¡Cuánto te han querido!
Ráfaga de viento,
imaginada vida junto a ti...
y se me hiela la piel
de tu ausente abrazo,
y me faltan, otra vez,
tus consejos nunca dichos...
Y me doy cuenta, otra vez,
que jamás me desharé de ti,
porque tus versos gritan en mi ADN,
y en mi voz, tu guitarra resuena...
y es que vives tanto en mí
que, aunque lo niegue,
toda la vida respiraré tu ausencia.