Me puse a escribir
para poder dormir,
alcé mi mirada al cielo
y allí estabas tú mujer,
plasmé en mi pergamino,
la infinidad de semejanzas.
En su haber peregrino
el cielo es mujer,
ahora te digo,
mi collar de estrellas,
mi luna en diademas,
¡entendí...!
porque el cielo es mujer,
feliz noche mi cielo.