Un viejo billete
dio halagos a una moneda
al verla tan bella
brillante y fuerte.
Eres luna resplandeciente
con esa redondez
de tu linda tez
siempre sonriente,
pues la suerte tuya
es que no te arrugas
como los billetes.
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Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela