Tú que amas
con tanto amor,
con tanto dolor,
con tanta pasión,
con esa ternura
que te caracteriza,
háblale a ese hombre
de tu sentir,
ese que llevas arropado,
el que no te deja dormir,
por no tenerlo a tu lado,
tanto que lo necesitas.
Piensa en ese precioso llegar
donde los dos
se pueden amar,
en un camino
de aventura apasionadas
dale amor a toda hora
aún en los instantes
en que te quedas callada.
Dale tu entrega ilusionada
sin querer llegar al fin,
disfruta hasta la saciedad,
el hermoso verbo amar,
¡como una diosa sin castidad
que sabe a su hombre adorar
en todo momento mujer!
No te reprima tu sentimiento
y entrégale ahora tu querer.
Sí, entrégate mujer,
dale tu pasión,
tu amor,
tu calor,
esa ternura que te abraza
dale y entrega en todo tu sentir
todo lo que tú quieras,
todo lo que él quiera oír
y que salga de tu boca,
busca lo que al hablar
en ese momento le provoca.
No lo dejes escapar,
no lo dejes para luego.
Exige el néctar
que te vuelve loca,
¡no te preocupes,
que se caliente la boca,
entrégate toda completa!
¡mujer sublime… mujer de fuego!