Cuando camino por las concurridas calles,
la multitud a mi alrededor
no existe. Son fantasmas silenciosos
que pasan sin oír mis lamentos
y a los cuales no puedo tocar.
Son seres de humo, que al final
desaparecerán en vanas espirales.
¿Qué me has hecho?
Entre ese tumulto de existencias
efiméras y vacías, brillas tú...
brilla tu ser cual aurora...
brillas como ninguna estrella...
Y cuando estoy solo,
alejado de la gloria y la vanidad,
encerrado en mi mismo,
sin ocuparme de mis ilusiones
o de buscar alivio alguno;
cuando en mi habitación
todas las lámparas de la esperanza
están apagadas y solo la lluvia
se oye detrás de la ventana,
también brillas...
Brillas cual ígnea mariposa,
brillas y tu luz llega
hasta el fondo de mi alma...
Todo lo iluminas con tu presencia,
todo lo iluminas con tu recuerdo.
Tú y solo tú amor...
¡Tú y solo tú existes para mi!