Y en ese andar de sosiego
tu mundo, tan igual al mío
en soledad construimos
en soledad nos sabemos.
Sin banderas ni horizontes
porque el amor no conoce
límites ni fronteras
despeinando trenzas al viento
en el ir y venir de la tarde
el aroma a cuerpo arde
y se filtran algunos sueños.
Podrás decir que no me quieres
podré decir que no te quiero
y las palabras se sienten
como un desgarramiento.