Te segó la guadaña en plena vida
como trigo dorado a pleno sol
¡Cuanto fruto quedaba en tus espigas!
¡Cuanto amor en tu tierno corazón!
Un mal rayo quebró tu recio tronco
una noche de invierno sin piedad
y quedaron tus ramas desgajadas
humeantes entre la tempestad.
Viejo amigo, papá, no estas muy lejos
porque siento tu fuerza en mi interior
aún tu copa me da sombra en verano,
aún perduran los ecos de tu voz
En tus ramas hicimos nuestro nido
tú nos distes amor y protección,
siempre fuiste el mas tierno y el mas fuerte
no supiste jamás decir que no
Viejo roble, jamás estarás solo
tu simiente, ha tiempo que arraigó
y otros tallos ya brotas a tu lado
verdeando la tierra alrededor
crecerán y serán aún mas frondosos
que lo fuimos tu y yo, ya lo veras
vivirás en nosotros, y tu savia
en sus hojas, de nuevo correrá.
Tus raíces aun siguen en la tierra
ni la muerte ni el tiempo lograrán
arrancarme de ti y de tu recuerdo
mientras viva, tu nunca morirás.