Fuiste viento que gimió
entre las alas de los pájaros.
Abismo insondable, a veces, tu guarida
y un sol frío acurrucado en la noche
escarbó en el dolor de tu aliento pobre.
Y hubo días que tu sexo tañó al alba
entre gorjeos y algarabías,
entonces hubo risas
y luego ardor de heridas.
Pasó el tiempo entre desfiles festivos
pero también hubo palmas vacías.
Y cuando ya todo era desabrida rutina
te buscó de nuevo la poesía.
Traía de su mano una desconocida sonrisa
y el poeta salió
y pidió perdón a sus versos en olvido,
con su pluma atropelló las tempestades
y de nuevo puso su canto
en la cima de los paisajes.
Buscó el por qué de tanta dicha
y encontró que fue su musa quien la producía.