Mis dos viejitos se siguen amando
como un roble cada vez más fuerte
su amor se fortaleció con los años
así los quiero hasta la muerte.
Tiernos como el cogollo de un pino
juntitos como niños que juegan
fuertes como el tronco de encino
como barcos que en tempestad navegan.
Su ejemplo de amor me alimenta
en las buenas y en las malas
no los derriban tormentas
nomás porque se aman.
Poco fueron a la escuela
ocho décadas de sabiduría
no los tiene cualquiera
sólo el amor y la vida.
Cuando los veo tan juntitos
me siento muy conmovido
los dos se ven tan bonitos
son los papás más bonitos.
Como yo decía de niño
yo quiero ser como ellos
me dieron su ejemplo y cariño
y saben cuánto los quiero.
Goyo 9 marzo 2016