Su levedad es una invitación,
Es su mano suave alzándome.
Cuántas veces le habré visto a los ojos
Cuántas veces habré pedido que me lleve.
Su vaivén y su ligereza
Su dulce canto a la mañana
Su frío remordimiento acariciando mis orejas.
Y las veces que su fuerza
Me ha despegado del suelo
He temblado.
Que me lleve en algún momento
He deseado cuando solo he querido partir,
Cuando descubrí que el viento
Que a veces es tan leve
Jamás podrá imitar
A mi leve deseo de quedarme.
—Bárbara Barrientos