Estaba pensando en tí
a las tres de la madrugada,
no podía dormir, me levanté
de la cama y fui a la cocina
a tomar un vasito de agua.
No te me ibas del pensamiento
y empecé a estar preocupada
y me dije ¡Dios mio¡ ¿estaré
enamorada? pero no podía ser
porque él seguramente estaba
acostado en otra cama al lado
de su mujer y yo no tenía
esperanzas. Dejé pasar la
noche y después por la mañana
me dije a mí misma, no vuelvo
a pensar en nada que las cosas
imposibles hay que dejarlas. Que
sigan siendo felices muchas más
madrugadas y juntitos día y noche
hasta que llegue el alba