Eres alba que mana antes del sol,
inmarcesible como el eléboro.
Eres luz que sofoca mi vista delicada,
mi forma reclusa a ratos perfectos.
Eres nimbo de los astros de Selene,
brillante en el parque de los cielos estrellados.
Eres el punto y coma de mis trivios tristes,
ausencia abrazadora de mis tris acabados.
Eres melodía que transita las distancias,
el sueño de mis noches cabales;
el capricho más hermoso de mi alma,
la lírica de mis crepúsculos menesteres.
Eres cauce de mi ventura aventurera,
el santiamén de mis ratos callados;
¡novia perfecta de mi vida entera!,
la lucha y el espacio de mis manos.
Eres rincón donde llueven los recuerdos,
el libro de las fábulas y los cuentos.
¡Eres, cariño, amiga de tertulias!,
el soplo soberbio de mis diarios épicos.