CESAR ALDANA QUINTANA

PARA MINKA MARIA

El amor que por ti siento,

de ningún modo es platónico.

Yo no te quiero en silencio,

pues así calle mi boca,

te lo dice mi ser todo.

No es de Shopan, melancólica,

la música que yo escucho

cuándo te veo y te quiero,

cuando te pienso y te amo;

es una fuga de Bach,

que me da una paz armónica.

Aqueste amor yo lo cuanto,

lo cualifico y lo peso,

en mi interior yo lo mido,

lo confronto en la dialéctica;

y en tanto tratado ilógico

que encuentro en mi corazón.

Y al concluir, lo hallo sabio,

de perdularia riqueza,

desprendido, igual de largo;

tan puro y con la grandeza

cual lo predicara Saulo.

Y sin tener  la caricia

de tus manos orientales

ni besar tu boca fresca

con el leve  roce mínimo

de mis labios, nunca pueda,

siento un placer hedonista

cuando te miro y me miras,

insondable y sibilina,

con tus ojos carmelitas.

En mis nocturnos oníricos

cuando te sueño y te amo,

me pretexta el inconsciente

la música de un bolero,

trayéndome el paraíso

de tu belleza  desnuda.

A tu cuerpo persuasivo,

con urgencia yo me abrazo

y me fundo en el misterio

de tu carne sensitiva,

hasta tatuarme en la dermis

tu piel color de aceituna.

Cuando en mis sueños te sueño,

cuando te miro y te quiero,

cuando te pienso y te amo.