EL AMOR Y LA MUJER
No cambies nunca mujer
tu pureza por amores,
o te podría suceder
que al entregar tu querer,
empiecen los resquemores
y concluyan los temores
que nunca quisiste ver,
a pesar de los sudores
del tiempo cuando las flores
brillaban cual dulce miel.
Sin condición nunca entregues
tus amores a cualquiera,
o puedes ser prisionera
cuando menos te lo esperes,
por quien prometió quereres
y es como esa falsa moneda,
que de mano en mano vieres
y más nadie se la queda,
por ser esta estratagema
del que olvida sus deberes,
sin pensar en quienes quema.
¡Cuánta ignorancia supina
demostramos muchas veces,
cuando el amor que mereces
se atraganta cual espina,
por ser pescado que se cuece
en tu humildísima cocina,
y no en el de esa vecina
que a veces la cuna mece,
hasta ver si desaparece
cuanto al cariño ilumina!
Joanmoypra