¡Mirad! disparatado acercamiento no humano,
testigos carentes de pensamientos coherentes,
sentid el palpitar sofocar cerviz de la serpiente,
seres vivos en la entrega del encuentro cercano,
cómo de inmenso es el amor desde lo cotidiano.
¡Escuchad! repetido croar de una rana a lo lejos,
tan lejos, solo alcanzado es, por la mente ilusa,
contra gemir de la hembra natura enloquecida,
quien apura ardiente celo, y altera los sentidos,
amor delirante que abraza mi alma y atormenta.
Germinar de la vida en la espesura del bosque,
tejidas piernas, saliendo del surco de la tierra,
y es fusión de carne, sangre, savia, los deseos,
batir cielos, vuelo sin alas al confín del Hades,
y siempre conmigo vives en mi tristeza, y sufrir.
Morboso desvarío eterniza lujuria y elementos,
un renacer constante de la excelsa naturaleza,
¡excitación! flagrante delito ser del Dios amada,
desorden de ideas divinas y corren alucinantes,
porque encierran en ti toda mi alegría y vida.
El sexodelirio, árboles encendidos amantes,
surgido en el bosque de tus brazos y los míos,
envidia del ser, en la enramada de tus fuegos,
y decidida la noche avanza hacia lo desconocido,
siendo pasión y delirio contigo si me quieres.
¡Oh! delirio, prodigiosa pasión corteza y piel,
una sola sensación sobre la húmeda tierra
prueba fascinante entretejen las ramas secas,
¿Habitar del amor o desvarío? ¡monotonías!
cuando la natura ama al hombre y lo emula.
La fiebre por los besos que darán nuevos frutos,
cuando unen sus cuerpos tras la lucha enérgizante,
hijos de la madre tierra y almas en ritmo trepidante,
es sexodelirium alternando niveles de la conciencia,
todo es posible cuando amor y delirio son amantes.
raquelinamor
Derechos Reservados,
Miami, USA 2014
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