Las palabras son de la nada
del amor tuyo mi amada.
Los sueños son vacíos
del corazón que no tiene bríos.
Tu cuerpo es un palacio voluptuoso
donde los príncipes ambiciosos
entran volando como alados
con sus corazones airados.
De la nada salen las palabras
que tienen abismos labrados
de arrumacos que abarca
el corazón mío, complacido
y querido por tu mano de bonanza.
¿De qué sirve entonces entrar a la cúpula
si tú no te inmutas en buscarme con locura?
Tenerte es lo que he conseguido
pero, aún no te he conquistado.
Tan solo te he besado
pero, aún no te he deseado.
Porque no lo has permitido,
porque justo hoy no lo has querido.
© D. Valencia Tobón. Rservado todos los derechos de autor.