Me llegaron tus palabras como llega un huracán...
Melódicas y cabalgantes en el viento atravesaron los contornos de mi piel.
Locura en mi cuerpo luego por tu voz cálida,
!!no giré mis ojos hacia atrás!!
Y tú sonrisa... También cómplice en la locura de no tener miedo a perder.
Pero no me culpes si en el calor de mis versos encuentras la demencia de quien versa por derramar en cada abrazo, en cada letra, hasta la última esencia de mi ser...
Y si en tus ojos aparece el verbo desconfiar, también yo te puedo entender, tal vez sepa de tu cuidar. Pero es que yo me dejó sin resistencia decapitar, si al mirar por la ventana de mi alma, no te pudiera ver...
Y !!que la vida me arrastre hacia la nada!!
!!que se detenga de mi corazón valiente el ritmo de su palpitar!!
Que me persigan los fantasmas que procuran soledad, si no es cierto que siento en cada palabra, en cada abrazo o en cada mirada un pechizco marinero que también busca tu eternidad.
!!que me esgrimen las entrañas con la espada de la indiferencia!!
!!que me apagen el sol como se apaga un débil candil al soplar!!
Que se beban todas las aguas de mi manantial y la sed me lleve hasta morir, si no es vida lo que me procura también tú vivir...si no es pasión la que mi boca destila al respirar, si no es coraje, valor y decisión las que mis manos claman en sus ruegos, en su soñar, en la piedad de volverte a ver, en cada estrella, en cada flor, en cada luz...en esa lápida que como a Jesús, me han hecho resucitar...