Lluvia que cae del cielo transparente y vidriosa ,
y que tus gotas semejan, las canicas de cristal.
Golpeas en mi ventana y me creo son los golpes,
Que da la amada que espero que me ha llegado a buscar.
Siempre la espero impaciente por lo mucho que la amo,
Ella sabe que la extraño , sin poderme acostumbrar;
A qué va pasando el tiempo y la llamo y no contesta,
Dime tú si es la respuesta , que me ha podido olvidar.
Yo prefiero que en las noches, más tenebrosas y oscuras,
Semejando ser fantasma se me pueda presentar;
A que rechace mi amor como lo estoy presintiendo,
Porque prefiero estar muerto a que me deje de amar.
Si al caer tan refrescante tú le caes sobre su cuerpo,
Refréscale su cerebro con mi nombre y mi existencia;
Dile que tenga piedad de mi corazón marchito,
Que venga y no tardé más, que mucho la necesito .
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José Miguel (chemiguel) Pérez Amézquita