He pasado la noche pensando en ti. El sueño se fugó detrás de tus encantos de mujer fascinante. Me recosté y pude verte con el esplendor que hace delirar a mi corazón, una hembra a la cual se tiene que amar a cada instante de la vida. Es como esas fantasías que se quedan para siempre, un resplandor tan espectacular como el fuego de tu mirada, podría atravesar un desierto si al final de las dunas están tus ojos, dos luceros que enamoran…