Alguna vez leí que Platón explicaba que cuando el Amor nos toca nos convertimos en poetas, el amor es desear que la persona amada sea lo más feliz posible, es una competencia para lograr hacer más feliz al otro.
Mi deseo siempre fue hacerte feliz, llenarte de risas y que en tu día tuvieras alguien que solo se preocupa por ti, que te desea y desvive por solo verte feliz, tal vez empezó como bien decías para pasarla muy bien y termino en algo más que no debió.
Mi cielo, en algún lugar hay quien te complementa de manera perfecta alguien que pertenece a tu cuerpo como pertenecen tus brazos, tus ojos y puedan compartir alma y vida juntos, esto no debe limitarte a conformarte con cualquier relación, entiendo esto y en esta vida no soy yo el afortunado que pueda compartir todos sus días contigo, despertar y reír juntos.
Entiendo no podemos decir un Te amo nunca jamás, pero pocas veces se siente este sentimiento perfecto que deseas mantenerlo y procurarlo; también entiendo que borres mis besos de tus labios, te desprendas de cualquier recuerdo a mi lado, que olvides mis palabras, que borres de tu mente los poemas en que fuiste mi musa, que mis caricias limpies de tu piel así como cualquier rastro de lo que esto fue, lo entiendo pero no lo comparto.
No te borro, que hago con mentirte si mis besos y mis caricias son tuyos dime que gano con mentirte si tu cuerpo es mío y esclavo soy de tus deseos que desnudan mi piel, podría preguntarte si se marchito la flor de este amor, sin embargo es una flor que jamás floreció, no pude regarla con lo que tu mereces, no pude alimentarla por más que así desee.
Mi cielo no tengo palabras para agradecerte que conmigo has compartido tantas ilusiones, juntos hemos hecho tantas cosas que no sé cómo darte las gracias por esos momentos que tú me dabas.
Gracias por estar conmigo y ser en invierno mi abrigo. Por darme todo lo que eres gracias. Gracias por comprenderme, gracias por estar a mi lado, Gracias por darme todo, por no pedir nada
a partir de hoy caminamos en direcciones opuestas cuando en algún momento unimos nuestros corazones ajenos a nuestra voluntad,
Tuvimos una fantasía, un sueño y un amor imposible, inundando nuestras almas con profundo deseo, olvidando compromisos ajenos en un solo cuerpo.