Entre dos ángulos opuestos.
I
Es una roca estéril y extática
en el frívolo frio es la rutina,
que se ahoga sin la frase mágica
desdén que sabe a rosa con su espina.
II
Que de suplicio tengo yo en mi pecho
ladrón de mi suspiro tal vecino,
y tal vez es que tiene alas su lecho,
y que me implora vaya a su destino.
III
Y en mi ayer era un niño de su madre:
no sabía pasión o de amores,
y mis pies ya andaban en albores.
IV
¿Dios que hago? Por oculto juzgas padre,
hasta yo misma hallándome sin flores,
y hoy sumerjo en un pozo, en resquemores.