Pamplinas tú iras conmigo.
Me llevare tus traviesos ojos,
Tus delgados labios rojos.
Tus cejas, tu garganta
Y lo terso de tu piel.
Me queda además para llevarme a la eternidad
Tu risa cristalina, lo delgado de tus dedos,
Y el temblor que hay en tus manos
cuando me ves llegar;
lo negro de tu cabello.
Tus uno cincuenta y dos de estatura.
El lunar que hay en tu rostro,
los aromas de tu tierra
Y la espuma de su mar.
Sus cristalinas noches de luna
Y sus tardes de verano.
Y tampoco dejare a tus uñas de colores,
tus presurosos pies que se apuran a alejarse
cuando de soslayo me ves.
O tu vestido favorito y tus pequeñas sandalias,
Y sobre todo lo gigante de tu alma
que desborda por tu piel.
© Armando Cano