Vino, mar de sangre ardiente fluye
Fuíste, bebedor y bebido
Te vas, por nuestras cuencas recorrido
No sin merítos exigidos y premios
Del resto de los vinos vivos
Independiente de nuestros minúsculos cauces encogidos
Hemos sido
Llevados por el destino de los rojos desteñidos
Catádos por enólogos del destino
Sin paladar su escrutunio;
¡Rebáname! la punta de los dedos
Púnzame sin lanza este delirio
Expulsaré mi vida pero no el vino
Por la sangre de Cristo consumido
Él fué quien trajo la semilla
El espino, el olvido
La parra sigue su propio camino
Creciendo
Nicanor te digo
!salud!
A tu nombre y por que no al mío*
Desconocido a los flacos perros roídos
Un compañero en su camino;
Has tenido razón, amigo
Donde erraste el camino
No hay nada como el vino
Conversado por dos muertos
Leyendo copa en mano
Sus desfiguradas líneas
Sin pretexto
Pésames intoxicados eludimos
Trocando los viejos sentidos
Otrora encerrados en el exilio
De cartón, cajas de vino
No salpican por no poder
Ser abiertas, con cuchillo
Su intempestiva fuerza
De las olas más inmensas
Atrapadas en cartón de dos lucrecias
Me gusta tomar vino
En exceso cuando corresponda
Siempre, me gusta también, hayan en mi camino
Borrachos camaradas fermentado
La miseria en el alma (es que, mi evasiva es)
La pobreza vino pero no se ha ido
El vino en caja es más barato
Endulzado de nocivas sustancias
Ustedes quédense con la fría cerveza
Ustedes quédense con el vodka de invierno
El ron, el mojito, el sake (el dolor de estómago del vicio)
El pisco para ustedes enemigos; el pico también
*(al de ustedes también amigos míos
lo serán si toman vino
jamás de lo contrario
si profanan tal cuerpo sagrado
con una coca-cola, los maldecimos)