Yo sucumbo ante la pregunta,
el universo es una incógnita
y mis labios, no esbozan
el tragicómico sonido de la muerte.
Un parto de mariposas y hecatombes
así se me antoja ahora la vida
como una visión de circuitos inconexos
de trances espirituales y paganos
de pequeños universos y sus confines
de sacrificios y nacimientos.
Mi alma apenas surge como una semilla
a veces pájaro desterrado de su suerte
a veces, el silencio que vuela en caída libre.
Y una pregunta, apenas una
en esa infinita locomoción que nos espera
detrás de algún horizonte