Un saludo amigable, que sin decir nada,
Imperceptible y discretamente…, nuestros labios rozaron sus bordes,
Transmitiendo calor y suavidad,
Y el aroma de tu piel y tu aliento en mi mejilla,
Trajo a mi pensamiento, el deleite del recuerdo… de la pasión de tus besos!
Y quise recrearlos de nuevo en mi memoria,
Percibiendo en el contorno de mi boca, su fuego y dulzura,
Encendiendo la llama de la hoguera de mi vientre….
Endulzándome despacio, la vida en las mañanas…
Regalándome cada día, fortaleza, para enfrentar la vida!
Cerré los ojos, y te besé calladamente….en recuerdo,
Tomando entre mis manos tu rostro…,
Acelerando con fuerza, los latidos de mi corazón…,
(Del que no ha escapado jamás ninguno de tus besos),
Proclamando mi alma, en silencio un ¡te amo!... a los cuatro vientos!
Claudia Alhelí Castillo
15-03-16