El pasto crece como mis sentimientos;
En el verano en su radiante e infernal calor.
Crece en mi los fuegos, los fríos y las tormentas,
En el abrir de mis ojos al amanecer, tristes y fuertes,
De roca son y como velas se derriten.
En suspiros me desvanezco, me sumerjo,
En el amargo ayer lejano e imposible:
Derramando tentaciones desatándose en mi,
Las llamas de pánico y de tristeza,
Por las Futuras experiencias del alba.
Lo único que deseo, en pequeños momentos,
Es quemarme como una hoja de papel: rápido,
Sin mucho humo y poca ceniza.
¡Oh! frío hazme fuerte ante mi debilidad;
Sostén mi cuerpo y mi alma para ser uno,
y no alma fugaz llena de dolor y estigmas;
Congela mis anhelos y hazlos brillar,
Ante la oscuridad de la noche.