Todo el ayer en el anochecer ha quedado,
los 26° de la tarde
y el aroma de las palmas con el viento
me incitan a vivir bohemia.
Que los viejos amores de mi se desplomen,
hoy he decidido vivir bohemia.
Los que quise anoche
para el amanecer no permanecen.
Los pájaros,
revolotean llenos de amarillo
sobre mi sombra azul postrada en la silla verde
bajo el sol de naranja calentando mi piel canela.
Bohemia,
descubrí que ser de alguien no es lo mío,
como mi mejor estrategia, ser de nadie.
Tropical y serena,
invencible e indiferente,
igual a las tardes del 26.
Siendo de nadie,
cuido la piel bronceada,
las palabras desdichadas,
las locuras moradas
y mi color,
mi color azul.
Bohemia,
libertinaje invade el cerebro atormentado;
sí de filosofía hablamos,
seré todo dentro de una nada
y que tú recuerdo constante
quede en la nada que no he creado,
en la que no vivo yo,
la que no tiene mi sol naranja.
Bohemia,
mis ganas y desganas,
mi sueño y mi gran desvelo;
mis sonrisas sin llanto
y mis ojos sin lágrimas,
bohemia,
mi alma del verde de la silla,
del claro color melón,
del color libre rojo atenuante.