Cerrando los ojos, me llego hasta el barrio
Por la calle larga…y ese paredón,
En él se volcaban sinceros deseos
Cuando un pibe en celo…ofrecía amor.
También enmarcado en ese escenario
Una muchachita enferma en su tos,
Leía poemas desde su ventana
Tal vez dedicados…solamente a Dios.
La feria del jueves, muestrario de todo
La calle nos daba una fiesta de color,
Como en un abrazo, papas y tomates
Y una calabaza…en forma de flor.
No solo de compras salía la gente
También las sociales eran de rigor,
Una vecinita compraba un pescado
Mientras de reojo…estudiaba a un señor.
Rompía el esquema, de las noches tibias
La voz aflautada de cualquier galán,
Volando en el alma de su serenata
Preguntando al cielo…¿ella me querrá?.
Así eran los tiempos de mi viejo barrio,
Donde ni el prejuicio, ni la falsedad
Podían torcernos de nuestros principios,
Y éramos felices…esa es la verdad.
Lo único triste, es haber crecido
se fue la glicina y el rojo malvón,
Ya no habrá tertulias, en la casa grande
Se murió el pasado…quedó la emoción.
Boris Gold (simplemente…un poeta)