Mojo el cálamo en la sangre viva que brota de mi herida.
Rojo vivo, intenso que se convierte en oscuro, opaco. Dejando plasmada en un folio en blanco, mi inconfundible grafía.
Escribo esta misiva que viajará lejano y llevará parte de mi ser enamorado.
Cruzará océanos, mares. Atravesará montañas, lagos, llanuras hasta llegar a tus finas manos.
Nerviosa la abrirás y tus hermosos ojos oscuros comenzarán a leerme.
Hola mi amor.
Aquí me encuentro escribiéndote estas líneas.
El sol ya se ha marchado, las tinieblas envuelven la natura y yo aquí, con cura, comienzo a escribirte.
Me siento cansado y triste, gracias a la distancia que nos separa. Sí, es cierto cuando dicen: la distancia refuerza el amor, lo hace más fuerte siendo este auténtico. Una gran verdad pero que no sirve para mermar el dolor de tu ausencia.
Los días pasan lentos. Nuestra cama se convierte en un mar desierto donde te busco. Duermo temprano para tener más tiempo de encontrarte en mis sueños, cosa que consigo algunas veces.
Todo me habla de ti, todo me recuerda tu presencia haciendo así más profunda tu ausencia.
No tengo entusiasmo para salir con mis amigos. Me he convertido en un eremita. Encerrado en la habitación solo leo y escribo. Bendita escritura, sin ella creo que ya habría muerto. Salgo solo para el trabajo el cual se me hace cada vez más pesado. Los días grises (frecuentes en esta época) no ayudan a mitigar la desolación que a veces siento.
Tengo la tentación de dejarlo todo, de abandonarlo todo y correr a tus brazos, amor mío, mas el deber me llama y me abstengo de hacerlo.
Falta menos para que estemos juntos. Te confieso que tengo miedo a estos últimos meses ya que se me hacen más pesados y me vuelvo irritable, nervioso y en ocasiones agresivo. Tengo que meditar más, tratar de calmarme y dejar que las cosas fluyan.
Te necesito tanto. Necesito tu voz, tu aliento, tu calor, tu comprensión, tus consejos, tus reproches, tu risa (¡OH Dios cuanto me falta!), tu entrega total sin reservas en nuestras noches de amor.
Me hace falta caminar juntos mano de la mano mientras nuestra Lía, curiosa, camina delante, oliéndo todo y de vez en cuando controla si vamos detrás de ella.
Me hace falta verte trabajar en el computador, observarte con esos lentes de “viejita intelectual” que usas. Necesito tu mirada que me regaña cuando río muy fuerte y te hago perder la concentración. Tu cuerpo desnudo apenas salido del baño que se tongonea por nuestra habitación…..
Perdona el desahogo amor mío, pero hoy en particular me siento tan sensible que hasta puedo escuchar el gotear de las horas, junto con los segundos; saborear las dulces notas de “Nuvole Bianche”; tocar el lamento de las rosas rojas que brotan en el jardín; ver el aire sutil que recorre mi estancia; oler los colores de la primavera que comienza.
Siempre estás presente en mí como yo lo estoy en ti.
Espero pronto estar de nuevo juntos y no separarnos.
Mi tinta sangre sea la que selle el pacto de amarte fino a la eternidad.
Te amo. Siempre tuyo. Kavi