Niño bello, avecita frágil e inquieta,
Que por amor en espinas tu pecho heriste,
Que por amor tu presente no tuvo porvenir,
Que por amor el brillo de tus ojos dijo adiós,
Que por amor tomaste y cargaste una cruz.
Niño bello, Diario desgarrador,
Sólo él fue tu amigo íntimo
Que sabía que una mujer era tu obsesión,
Obsesión, fuente de tu amor,
Amor ignorado, no correspondido y despreciado.
Niño bello, rayo de luna,
Angélica se llamaba:
Bella, fría y sin candor,
Para quien la edad no era un número,
Sino un límite al corazón.
Niño bello, déjame acompañarte
En tu delirio, en tu dolor,
¡Oh, amante precoz!
Que caíste y te rendiste
Ante el poder del amor.