El olvido es el único juego, que
no quiero practicar contigo
en la cama vacía del después.
No quiero condenarnos a
sábanas frías, ni memoria en la retina
sin tocar tu piel.
No quiero llenar la almohada
de oscuras y ajadas golondrinas.
Lo malo del amor es cuando pasa;
y deshace los archivos
en la brasa de la pasión.
Y no nos dice nada; y no queda más
que añorar los aromas exiliados
en camas separadas.
Las víceras, los años amordazados.
Los huesos quebrados por el corazón.
Las dudas, los malos vasallos,
los resabios y el dolor.
La angustia, los recuerdos.
Las cenizas del adiós.
Los mí sin ti, los ti sin mí.
La droga dura sin sabor.
Los tú, los yo. Los dos sin tú ni yo.