Santiago Miranda

La moral del esclavo

 

¿Aceptarse a uno mismo
con todos sus errores?
¡Vamos!
No seamos tan mediocres

 

Me han: pedido calmar las revoluciones
             intentando ahogar en un vaso de agua
             lanzado algunos fármacos inócuos
             rebotado en mi cabeza plana;
             exigido enmendarme en la vida comunitaria

 

Perdonarme, como si hubiera cometido un crimen
de nacer humano, vivir siendo algo menos
algo distinto, algo animal, estelar o marino;
terrenal. algo no tan ciego, algo trascendente
(ALGO) es un delito es ambición de no acatar la muerte
en todos los días que traspasan
a lo que bien llaman humano

 

Seguir adelante (es entonces), negar la tragedia
esconder la simulación debajo de la alfombra;
(la comida reposando entre los dientes)
todo está bien, no pasa nada, sigamos el rumbo
la escición perfecta, el regimén de la hipocresía
directo al precipicio de la historia partida

Vivir siempre me pareció ocultar
una tensión permanente



II

 

Colocar el límite en un punto fijo
del cielo la estrella moribunda
roja los aerolitos incandescente
traspasan nuestro poros
arrasando las verdades

 

Girar a través de un sol opaco
Como hombres alrededor del ego
y su público imaginario:

 

Admiradores necesarios
Para mantener la falsa imagen
La que los espejos que convergen
todo el tiempo y el espacio

 

¿Aceptarse a uno mismo
con todos sus errores?
¿¡Donde está el crecimiento!?


Seré más tierra que el polvo
Dejaré el mundo por seguir un sueño

 

Los esclavos son los únicos que han creado
se desvelan desesperados
por matar un tiempo aletargado
que a la larga los asesina a ellos
dulcemente bajo una bóveda de besos
pero nunca quitan lo creado
por millones de años perduran
el rugir de sus tambores
sus danzas con la lluvia
no la calman los dolores 

(de los amos)

 

Seré mejor que yo mismo
será traicionero espejo
seré el odio que subyace:
la sangre hirviendo en tu cuerpo