Sólo un minuto o dos
Que se posen tus ojos
Sobre mis letras sin brillo
Y se me mueve el mundo
Y se quitan sus camisas
Las centellas azules
Y se muere el viento
Entre aquietadas sombras
Y un tango sin esquinas.
Sólo un minuto o dos
Para abrir la puerta
Y andar por mis visiones
Como una flor pequeña
Perfumada y sonriente
Como una fina llovizna de cómplices miradas
Como una golondrina de papel brillante
Como un espejo que acumula estrellas
Como dos copas llenas de un rocío de vino.
Sólo un minuto o dos y se acallan
Las voces del cielo y sus reproches
Y se dibujan risas en las pequeñas cosas
Como un recreo del jardín de infantes
Y deja un solo nombre la luna de los besos
Por sobre los latidos de tiempos y de urgencia.
Sólo un minuto o dos y se despierta
El trino
Y el bosque es primavera
En donde las mariposas
Son grafitis que acaricia el aire
Y los sueños descansan en la penumbra vaga
Y se encienden las flores de campiñas mojadas
Y se escuchan los pasos sobre adoquines muertos.
Después, el silencio retorna a ser silencio
Ese silencio que habla como habla un poema
Que escribe en las paredes esta mano gastada
Y leen los fantasmas tras las cortinas rotas.
Derechos reservados por Ruben Maldonado.