Los frágiles rostro de sal y agua
Rostro de aguas que que quedan
en la superficie de las piedras,
quietas, inmóviles...en espera,
se deslizan, se resecan...
No dejan huella dibujada...solo lágrima
que se diluye...desaparece con la humedad
de las siguientes olas que borrarán su rostro
diseñado en la superficie de cada roca,
su tiempo es corto, efímero...incierto.
Otros hilillos de agua tejidos como capilares líquidos,
como llenguas de aguas irán llenando
depósitos fuentes de roca porcelana,
permanecerán un pequeño tiempo
- menos que un suspiro,
cuando las olas dancen en retirada...
Ya vendrán otras olas que repetirán los encuentros,
los besos de mar y arena, los besos de mar y roca
diluídos en silencio...deshechos sin ruido.
Son los rostros de sal adheridos a la roca y a la arena
que se consumen, desaparecen...
Imagen sello de un amor coqueto,
simple como un suspiro.
La indescifrable impresión que ese movimiento
de aguas que corren...que galopan siempre,
algunas vuelven y otras quedan
pintando rostros en las rocas
- con lágrimas de sal.
Imágenes de cristal con sabor de beso,
maravillan al visitante que contempla
esos permanentes encuentros de amor,
de amor y sellos.
Hacen sentir los privelegios a quien obserba
esos repetidos encuentos, exclusivos...
Son lecturas del agua en permanente moviviento
de un mar que abraza, besa y se retira
a las profundidades de su alma.
Los rostros de sal pintados en la roca,
en cada grano de arena permanecen
en silencio, quietos...
en espera de un nuevo besos que les
renovará sus salobres rostros
hasta una nueva visita y un nuevo beso.