LUIS ADONAY VENEGAS LEYTON

Los frágiles rostros de sal agua

Los frágiles  rostro de sal y agua

 

Rostro de aguas que que quedan

en la superficie de las piedras,

quietas, inmóviles...en espera,

se deslizan, se resecan...

No dejan huella dibujada...solo lágrima

que se diluye...desaparece con la humedad

de las siguientes olas que borrarán su rostro

diseñado en la superficie de cada roca,

su tiempo es corto, efímero...incierto.

 

Otros hilillos de agua tejidos como capilares líquidos,

como llenguas de aguas irán  llenando

depósitos fuentes de roca porcelana,

permanecerán un pequeño tiempo

- menos que un suspiro,

cuando las olas dancen en retirada...

 

Ya vendrán otras olas que repetirán los encuentros,

los besos de mar y arena, los besos de mar y roca

diluídos en silencio...deshechos sin ruido.

Son los rostros de sal adheridos a la roca y a la arena

que se consumen, desaparecen... 

Imagen sello de un amor coqueto, 
simple como un suspiro.

 

La indescifrable impresión que ese movimiento

de aguas que corren...que galopan siempre,

algunas  vuelven y otras quedan

pintando rostros en las rocas

- con lágrimas de sal.

Imágenes de cristal con sabor de beso,

maravillan al visitante que contempla

esos permanentes encuentros de amor,

de amor y sellos.

Hacen sentir los privelegios a quien obserba

esos repetidos encuentos, exclusivos...

 Son lecturas del agua en permanente moviviento

de un mar que abraza, besa y se retira

a las profundidades de su alma.

 

Los rostros de sal pintados en la roca,

en cada grano de arena permanecen

en silencio, quietos...

en espera de un nuevo besos que les 

renovará sus salobres rostros

hasta una nueva visita y un nuevo beso.