Todos los seres humanos tenemos una faceta masculina y otra femenina, pero tendemos a ignorar y a exterminar la cruz de nuestra moneda. La sociedad exige personajes monolíticos, sin fracturas ni matices a quien manipular con más facilidad, el divide y vencerás se hace aun más real en la lucha de sexos. El reconocimiento de la feminidad ha sido especialmente traumática en los hombres educados en el machismo, víctimas de una castración emocional y marcados con el sambenito de la homosexualidad cuando mostraban en público su faceta femenina.
Hace unos años, en el \"Foro de Grajos\" creé un personaje que se convirtió en mi \"Alter ego\", una mujer joven, libre y luchadora que bauticé con el nombre de Shemirramis. En su boca he puesto palabras y poemas que no podía expresar como hombre, pero que sentía bullir en mi interior.
En mi próximo libro “Lenguas de fuego” os hablaré de mi, pero hoy, solo quiero mostraros la otra cara de mi luna.