No merezco tu castigo
tu dedo quemando y juzgando
la boca gritándome lento
dolor, tras dolor, empedernido.
No merezco este desgano de tu parte
esta fiebre que contagias
esta cruda realidad que tanto me duele.
Ya deja
guarda tu castigo
llévalo contigo
inunda la noche
duerme con el bajo la almohada
déjame ser libre.