Mirando ese viejo paragüero
eran vencidos triunfos del abuelo
donde colgaban tantos sombreros
descansando en este nuevo suelo.
Un atractivo bastón envejecido
desde abajo miraba al sombrero
de copa colgado y atrevido
esperando al próximo pasajero.
Volvamos a ser los de antaños
seremos de nuevo los señores
en esa plaza que con los años
verán pasar a dos imitadores.
Y volarán los recuerdos atados
a esa rubia de gran sonrisa
la mirada de aquellos ojos azulados
te acuerdas como caminábamos a prisa.
El abuelo era joven atractivo
con esa calma sonriente
fijándose desde el pelo hasta el vestido
sin ser un galán hiriente.
Cuantas historias no contadas
sabía escoger a la indicada mujer
el hombre tenía magia en sus miradas
y palabras especiales en su querer.