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VALENTIN \\\\\\\\\\\\\\\"EL TAPON\\\\\\\\\\\\\\\"

VALENTIN \"EL TAPON\"

Era en Cádiz, en Febrero,

Era por Carnestolendas,

Cuando Facunda, en su tienda,

Sintió su dolor primero.

 

A aquel dolor siguió otro,

Y, a ese otro, algunos más,

Y ya luego, sin parar,

Otro y otro y otro y otro.

 

Y Facunda, allí sentada,

Sintió que llegaba el parto

Y aunque traía adelanto,

Ella estaba preparada.

 

Y, aplicando lo aprendido,

Con tanta fuerza apretó,

Que despedido salió

El niño recién nacido.

 

Y aterrizó en el zaguán

Con golpetazo tremendo,

Por el ruido pareciendo,

Que descorchaban champán.

 

Era el niño neonato,

Kakaseno y cabezón

Y Facunda que lo vió, 

Emitió un grito de espanto.

 

Y a aquel niño tan ruín,

Pero de cabeza grande

En memoria de su alcalde,

Lo llamaron Valentín.

 

Y, al transcurrir de los años,

Aquello no cambió mucho,

Feo como un aguilucho

Y pequeño de tamaño.

 

Y fue que al pobre pichón,

Le pusieron como apodo,

No podía ser de otro modo,

De sobrenombre, \"Tapón\".

 

Nadie supo responder

Si eso fue por su apariencia,

O fue como coincidencia

Del ruido que hizo al nacer.

 

Y Valentín fue creciendo

Hasta hacerse un hombre adulto,

Pero, referente al bulto,

La cosa no fue \"in crescendo\"

 

Y a cofrade se apuntó

En la Hermandad del Caído,

No pudiendo ser vestido

Porque jamás se encontró,

 

De su talla caperuzas,

Y, en costalero acabó.

Pero no se resolvió,

Con todo la escaramuza

 

Porque al hacerle las pruebas

Debajo del Santo Paso,

Vieron que quedaba bajo

Con respecto a sus colegas.

 

Y a alguno se le ocurrió

Colocarle un par de zancos

Que, como patas al banco,

A Valentín elevó.

 

Y calzado de esta guisa

Comenzó la procesión,

Y, sujeto a gran presión,

O por culpa de las prisas,

 

Un brazo se le trabó

Con un tirante del paso

Y, para colmo del caso,

Un tranco se le soltó.

 

Con los nervios del momento,

Y al verse tan apurado,

Valentín dió por sentado

Que si hacía un movimiento,

 

Y soltaba el otro pie,

Después podría sin duda,

Con un mínimo de ayuda,

Salir fácil del traspiés.

 

Mas, no salió la jugada,

Pues, aparte de lo oscuro,

Allí nadie daba un duro

Por hacer algo por nada.

 

Así que el pobre \"Tapón\",

Quedó del brazo colgado

Y así fue todo el trazado

De la larga procesión.

 

Y, tal eran sus lamentos,

Y tantos su alaridos,

Que parecía El Caído,

El que sufría el tormento.

 

Y todos, cuando pasaba

Aquel Cristo Nazareno,

Se afligían por su duelo,

Y muchos se arrodillaban.

 

Dicen que desde ese día,

Movidos por la emoción,

Aumentó la devoción

Y creció la Cofradía.

 

Y a Valentín \"El Tapón\"

Hicieron un homenaje,

Por demostrar su coraje,

Y al Cristo su devoción.

 

Y siempre quedó en incierto,

De si fue el Cristo o \"Tapón\"

Que nadie prisa se dió,

Por aclarar el entuerto.

 

Después de aquella aventura,

Se retiró Valentín,

Y cuentan que fue feliz

Y, dedicó a la pintura

 

Los años que le quedaban.

Y cuentan que tan marcado

Quedó por el altercado,

Que, cada vez que pintaba

 

Siempre elegía al Caído

Como modelo del lienzo

Y, que aquello fue el comienzo

De volverse retraído.

 

Y que siempre, en cada cuadro,

Escribía un añadido:

\"Tú caíste, yo colgué

Y nadie nos prestó avío.

 

Marzo de 2016

Jose Cruz Sainz                                Kakaseno: Hombre pequeño y contrahecho.