Quiero que todo se borre de la memoria
el espanto sin igual
de no ser amado
en tu mirada esquiva
y el dolor infinito
de verte derrotada
en tu propio rechazo.
Somos dos
los náufragos salvados
de esta dramática tormenta
solo basta, respirar profundo
y ver la mañana amanecida
en el sol resplandeciente
de nuestro propio perdón.
Entonces nacerán
los gestos y las palabras
que como la naturaleza
con su lógica
soportan en la razón de un beso
del amor y nuestro eterno
abrazo nocturno.