Donde yo vivo hay campos amarillos,
de amarilla esencia, de olor amarillo,
campos de luces, y de sombras,
campos de arbustos y rastrillos
Donde yo vivo las casas son grises,
de madera y pilares entumecidos,
aunque rejuvenecen con las rosas,
que tienen ademán presumido
Donde yo vivo hay valles de terciopelo,
carros de heno y catedrales de pinos
En los árboles reposan los pájaros
en sus ramas se sienten seguros
En esos bosques de acacias,
batallan con aire compungido
la naturaleza contra el orden,
lo romántico contra el sentido
Donde yo vivo hay campos amarillos,
de esencia amarilla, de olor amarillo
hay montañas verdes y al fondo,
las ruinas de un viejo castillo
A veces me duele, tanto silencio,
el de estos campos tan amarillos
más me hacen soñar y mi sombra,
se proyecta hasta el infinito