El, aborrecimiento de tu desfachatez fue mi
perdición, una entrega sin pretexto a algo incierto.
En las noches sin luna no he podido dormir.
El corazón late con tu simple presencia.
El murmullo de aquellas mujeres ansiosas por ti, me
han enloquecido, me han echo nombrarte en
las noches de soledad soñarte por las madrugadas,
he caído en tu trampa, no se de donde provienes.