Hoy, diez de marzo, al cabo de tantas noches;
muriendo en el encierro de la nostalgia,
escaso de tu boca, desusando la compañía
de otros, lleno de plegarias y del despropósito
de la literatura, lastimado por tanta distancia
y tantos recuerdos, está mi amor esperándote.
Lo miro apiadándome un poco de su silencio
que busca una palabra tuya.
He de ignorarlo, he de verlo morir aparentando
Que no me importa, mientras escribo estas vanas cosas.